Querida M,
Quiero hablarte de tu futuro, de
mi pasado. Soy tu, 11 años después. Estás asustada y no quieres irte a Irlanda,
pero te aseguro que es una de las mejores cosas que te van a pasar, que nos han
pasado.
Vas a aprender muchas más cosas a
parte del inglés, que por cierto SI es necesario. Para trabajar, para vivir,
para leer, para ver la tele, para viajar, para todo. Pero además vas a dejar de
ser tan tímida, que ya es hora. ¡Ay si me vieses ahora! Vas a hacer tus
primeros amigos chicos. Que si, que ya sé que te llevas bien con muchos de
cole, pero no son amigos amigos. Serás más independiente, más libre. Un chico
te romperá el corazón, pero no te voy a decir que lo impidas, le recordamos con
mucho cariño. Mamá va a tener cáncer y será muy duro, porque te sentirás mal
por estar allí y no aquí. Pero es lo mejor, lo que ella quiere. Y se curará.
El curso en Irlanda es muy fácil,
pero no nos vendría nada mal que estudiases un poco. Si, ya lo sé. Quieres un
año sabático. Si lo entiendo, no te creas que con la edad se nos pasa eso del
mínimo esfuerzo, pero un poco ayudaría. Además, el año que viene vuelves a
Pamplona y algo tendrás que estudiar para acabar el colegio. Pero bueno, que me
desvío. Irlanda te va a enamorar y cuando acabe el curso te irás llorando y
prometiendo volver a vivir allí. Es una promesa que aún no hemos cumplido, pero
todo llegará.
Lo más importante que te va a
descubrir Irlanda es tu pasión por los viajes. Vas a empezar a sentir una
necesidad de ver, de descubrir, de conocer. Y eso te va a marcar para siempre.
Buscaras tu lugar en el mundo. Viajarás en avión con la seguridad y la
comodidad de quien coge un autobús de línea (de estos también te tengo que
hablar, pero supongo que no me harás caso y no te sacarás el carné de
conducir).
No te cuento con más detalles,
que no quiero arruinar la sorpresa de lo nuevo. Disfruta cada minuto de
Irlanda, me consta que lo harás. Disfruta de tus amigos, de las risas en el
colegio, de las mil ventajas de un internado.
Sé que acabas de volver del
Camino de Santiago. El verano que viene lo seguirás y llegarás a Santiago. ¡Qué
sensación más bonita, entrar todos juntos a la plaza! Esto también queremos
volver a hacerlo algún día. Te diría que ya que te gusta andar no pierdas la
afición, pero es inútil. Porque, M, la constancia no es lo nuestro.
Me despido ya, ¿hablamos el año
que viene y me cuentas que tal te ha ido?
Un beso,
M, 11 años después.